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¿Por qué no hay que temer a competir con los grandes?

Dos claros ejemplos demuestran por qué no sólo es posible, sino también rentable incursionar en mercados supuestamente acaparados por las grandes marcas


Por alguna razón, a la hora de emprender, las personas dedican un especial esfuerzo a atacar a un mercado “que nadie ha tocado”, ya que incursionar en terreno “dominado” por una transnacional les parece bastante arriesgado.

Esto no siempre es así, pues algunos recalcan que tener competidores es la mejor señal para entender que existe un mercado en el que nos estamos desenvolviendo y, por consiguiente, personas dispuestas a pagar por lo que ofrecemos.

Imaginemos por un momento que las personas detrás de Linio, Mercado Libre u Olx hubieran desistido de sus ideas sólo porque ya existía Amazon o Ebay. Ellos fueron personas que no se dejaron llevar por el mito de que “todo ya está creado”, como lo explicamos en nuestra edición 24 Ideas Replicables.

Es por ello que hoy hemos traído al lector dos ejemplos bastante específicos de lo rentable que puede llegar a ser, quedarse con una “rebanada” de ese gran pastel que es el mercado de consumidores.

En primer lugar tenemos un caso de éxito latino y es que resulta increíble cómo plataformas de streaming “made in México” han sido capaces de quitarle clientes al mismísimo gigante de este mercado, Netflix.

Según reportó el diario mexicano El Financiero, “la oferta de plataformas Over The Top (OTT) en el país como Claro Video (de Carlos Slim) y Blim (de Emilio Azcárraga) están ganando fuerza al sumar más clientes quitándole así mercado a Netflix, quien en el segundo trimestre del año reflejó una baja en su participación, de acuerdo con The Competitive Intelligence Unit (CIU)”.

De esta manera, en el segundo trimestre del año, la multinacional Netflix, pese a seguir en la primera posición obviamente, cuenta con 63.6 por ciento de las suscripciones, “alejado del alrededor de 70 por ciento que ostentaba en el periodo previo, debido a la entrada de nuevos jugadores”, explica el artículo.  

Por otro lado, vale la pena mencionar otro ejemplo que se ha suscitado en Venezuela debido a la actual escasez de productos de higiene personal se ha provocado un crecimiento masivo de marcas que se quedaban llevando polvo en los anaqueles, como el caso de los detergentes Clic, que hemos mencionado en varias oportunidades.

Si bien es cierto que, según los consumidores, su calidad no es la misma y no está claro si tienen los permisos sanitarios requeridos, recientemente en el país ha comenzado a masificarse el uso de pastas dentales de procedencia asiática, con nombres que los venezolanos nunca antes habíamos visto.

Esto debido a, como lo reportamos previamente, la baja producción de la multinacional Colgate, donde especificamos por qué es el momento perfecto para emprender en estos rubros.

Desde el punto de vista de mercado, cabría preguntarse ¿Y si ese producto sustituto que ahora domina el mercado fuera venezolano? ¿Realmente es momento de que las fábricas sigan cerrando o abran aún más sus puertas?

En síntesis, con estos dos ejemplos podemos validar que un mercado de transnacionales no es un mercado prohibido y, como en el caso venezolano, ya no es sólo una rebanada sino una buena porción de ese pastel. ¿Qué piensa el lector?

Modificado por última vez enLunes, 21 Agosto 2017 11:39
Derwin Ramirez

Periodista de vocación y venezolano de nacimiento. Me gusta descubrir historias y transmitirlas a través mi teclado. También soy Dj y Locutor. Mi twitter @derwinramirezve

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