4 consejos para dar una buena primera impresión

Las primeras impresiones son claves para el mundo de los negocios. Los emprendedores tienen que representar el éxito que quieren lograr.

Si un emprendedor camina jorobado, desgarbado y con el ceño fruncido, difícilmente podrá conquistar los mercados y a esos inversionistas y clientes que ve por primera vez.

Esto también influye en lo personal. Buenas primeras impresiones son parte de la construcción de amistades duraderas, las cuales llenan el espíritu de las personas.

Tom Popomaronis, presidente interino de la empresa estadounidense Rate My Teachers, publicó en el portal INC una nota que tiene que ver con este interesante tema.

Él cuenta que la ciencia tiene manera de ayudar a que esa primera impresión sea la mejor y abra las puertas a éxitos. Veamos cuáles son esas recomendaciones.

1.- Cuidar el lenguaje no verbal. Hay estudios que demuestran que el 90% de la comunicación humana es no verbal. Es casi imperceptible pero está allí. Hay que trabajar en ese sentido. Se deben evitar posturas achicopaladas y cruzar brazos o piernas porque esto genera desconfianza. No se pueden mover brazos o piernas constantemente porque denota nerviosismo. La recomendación es mirar a los ojos, escuchar bien y permanecer erguido, se esté sentado o de pie, para crear confianza.

2.- Hacer gestos con propósitos. Ciertos gestos puedan incorporar conceptos específicos. Por esa razón se recomienda que el movimiento sea de un modo natural y fluido, pensado, ya que esto puede provocar múltiples dominios en la conversación. Hay mucho de teatral en este punto.

3.- Hay que tener una genuina sonrisa. Las sonrisas abren puertas. Sin duda alguna, dependiendo del tema que se esté discutiendo, claro está, las sonrisas permitirán liberar sustancias orgánicas en el cuerpo del interlocutor que favorecen a la confianza.

4.- Controlar el tono de voz. Si no se controla el tono de voz se puede llegar a ser amenazante o tímido. Cualquiera de los dos extremos es negativo. Hay que tener un tono adecuado, con picos y bajos cuando se requiera. La recomendación es no dejar este punto a la emocionalidad, hay que pensarlo mientras se está conversando hasta que la práctica lo haga automático.