Explota el servicio de peluquería de calle

Recientemente, la agencia de noticias AFP publicó un reportaje en el que reseñaban el crecimiento en la cantidad de peluqueros y estilistas que decidían "tomar las calles" como una estrategia para poder generar ingresos. Aunque Venezuela siempre ha sido conocida por la propensión de su población a adquirir servicios estéticos, en los últimos años la situación ha cambiado.

Este reportaje se enfoca principalmente en hablar sobre cuán inaccesibles se han vueltos los servicios de esta naturaleza en nuestro país, donde desde hace unas semanas es posible encontrar establecimientos en los que un corte de cabello puede superar el par de millones de bolívares, una cifra que hasta hace unos meses podía parecer de ficción.

La segmentación al extremo

La nota publicada por la agencia de prensa se basa en un recorrido, realizado por su equipo, a través de las diferentes "peluquerías de calle" que se han asentado en la capital del país. Aunque este negocio no es nuevo, la cantidad de profesionales que pueden encontrarse realizando esta práctica sí ha aumentado en un gran número en los últimos meses.

De acuerdo al reportaje, un corte de cabello en estas “peluquerías” puede costar apenas un 10% de lo que tendría que pagarse en un establecimiento tradicional. Esto es a lo que nos referimos con una “segmentación al extremo”, ya que estas “peluquerías” no buscan un espectro de servicios tradicional, sino que se enfocan de lleno en atender a las personas de menores ingresos en nuestro país.

Aunque el precio del servicio sea mucho menor, lo que indica que las ganancias también lo serán, la realidad es que el único gasto que estos estilistas incluyen en sus estructuras de costos, es el del mantenimiento de los equipos, ya sean las máquinas, los espejos, la compra de insumos como hojas de afeitar, entre otros. Servicios básicos como electricidad o agua, son tomados de manera libre por los prestadores.

Al igual que ocurre con negocios informales, como la reventa de alimentos o la buhonería tradicional, desde hace un tiempo que en nuestro país no existe ningún tipo de entidad que se esté encargando de limitar estas actividades, por lo que no existe una inversión en el pago de derechos para la prestación de servicios, licencias, o similares.

El público que elige la opción tradicional

Sin embargo, este fenómeno de la segmentación extrema también se da al contrario ya que, al igual que en prácticamente cualquier mercado, hay un público que está dispuesto a pagar cualquier cantidad de dinero siempre que obtenga un estatus con la adquisición del mismo. En nuestro país, vemos que estas separaciones se hacen cada vez más notorias.

Las opciones tradicionales, ya sean enfocadas en públicos de mayores ingresos o para la clase media, están en una etapa en la que se hace necesario desarrollar alianzas o alternativasalianzas o alternativas para lograr que la población desee seguir pagando por estos servicios. Aunque la parte de la población que elige las peluquerías "callejeras" sea muy específica, es posible que en los próximos meses veamos un incremento en la cantidad de consumidores.

Por su parte, los prestadores de servicios que buscan mantenerse atendiendo a un público intermedio se ven cada vez más obligados a brindar valor adicional, sin la necesidad de tener que  incrementar sus precios a la media del mercado. Aun así, esta estrategia solo evita que los mismos resalten, e incentiva a que cada vez más profesionales en el área se vean obligados a elegir uno de estos "dos lados".